Disciplina

La disciplina es una señal de amor. Está en la Biblia, Hebreos 12:5-11, "Y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío, no menospreciéis la disciplina del Señor, ni desmayes cuando eres reprendido por él; porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo. Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina? Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos. Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos? Y aquellos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad. Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados".

La disciplina es una expresión del amor paternal. Está en la Biblia, Proverbios 13:24, "El que detiene el castigo, a su hijo aborrece; mas el que lo ama, desde temprano lo corrige".

Cuando los hijos son pequeños la disciplina previene problemas serios en el futuro. Está en la Biblia, Proverbios 19:18, "Castiga a tu hijo en tanto que hay esperanza; mas no se apresure tu alma para destruirlo".